miércoles, 20 de abril de 2011

Las cartas, mejor que el correo electrónico

Todavía guardo tus cartas, las considero mi mayor tesoro.
Recuerdo con nostalgia todos los momentos que vivimos juntas...
Al leer tus palabras, ver tus postales de vacaciones, tus dibujos de sirenas en los que tú y yo eramos las princesas del mar; es entonces cuando pienso cómo pudimos perder nuestra amistad. Hoy me doy cuenta de que realmente eramos verdaderas amigas. Y posiblemente la culpa fue mía: nos separaron, te fuiste a otro colegio, y tú me escribías y yo te contestaba; al principio quedábamos, pero lo fui dejando... y ahora hace tantos años que no nos vemos...

Me hace ilusión a la vez que gracia leer las cartas, no sé que te escribiría yo, pero tengo tus relatos, de cosas de niñas pequeñas de 12 años, ¡hay que ver como cambian las cosas! Cómo hemos crecido y construido nuestros pensamientos.

"(...)He aprobado todas, como siempre, me alegro el saber que tú también has aprobado. En mi cole es más difícil, pero estoy muy bien, me he integrado muy bien allí. Aunque es muy difícil hacer amigas, te las tienes que ganar, además, todas tienen formado su grupito. Casi todas son "pijas" y aunque no te lo creas, creo que yo también me estoy volviendo como ellas (...)"

Un dibujo en el que pone: Mi sueño: y salen dos sirenas, ella y yo... y un sireno jaja
-Venga M vamos al colegio que llegamos tarde.

Entre otras cartas hay, creo que la última aparece un dibujo muy bien hecho, más maduro, donde aparecen dos chicas con un tatuaje y abrazadas... sí... ponía A.P.S. (es una cosa que critico bastante... ¿para siempre? eso nunca se sabe jajaja, no somos videntes, y en cuanto lo pones o lo dices, estás poniendo fin a todo.. ¿o no? Sí, me hace mucha gracia ver eso, pero ¡¡eramos pequeñas!!

"PD:  me alegro de que seas mi mejor amiga. Me han gustado tus dibujos ¿Puedes hacerme de la sirenita? Escríbeme pronto, por favor. Llámame algún día por fi."

viernes, 15 de abril de 2011

Para mí, el mejor fragmento del libro "La peste" de A.Camus

"Ha visto usted fusilar a un hombre alguna vez? No, seguramente, eso se hace en gerenal por invitación y el público tiene que ser antes elegido. El caso es que usted no ha pasado de las estampas de los libros. Una venda en los ojos, un poste y a lo lejos unos cuantos soldados. Pues bien, ¡no es eso! ¿Sabe usted que el pelotón se sitúa a un metro y medio del condenado? ¿Sabe usted que si diera un paso hacia adelante se daría con los fusiles en el pecho? ¿Sabe usted que a esta distancia los fusileros concentran su tiro en la región del corazón y que entre todos, con sus balas hacen un agujero donde se podría meter el puño? No, usted no lo sabe porque son detalles de los que no se habla. El sueño de los hombres es más sagrado que la vida para los apestados. No se debe impedir que duerman las buenas gentes. Sería de mal gusto: el buen gusto consiste en no insistir, todo el mundo lo sabe. Pero yo no he vuelto a dormir bien desde entonces. El mal gusto se me ha quedado en la boca y no he dejado de insistir, es decir, de pensar en ello.
(...)
Desde ese tiempo sé que yo ya no sirvo para el mundo y que a partir del momento en que renuncié a matar me condené a mí mismo a un exilio definitivo. Los otros serán los que harán la historia. Sé también que no puedo juzgar a esos otros. Hay una condición que me falta para ser un razonable asesino. Por supuesto, no es ninguna superioridad. Me avengo a ser lo que soy, he conseguido llegar a la modestia. Sé únicamente que hay en este mundo plagas y víctimas y que hay que negarse tanto como le sea a uno posible a estar con las plagas. Esto puede que le parezca un poco simple y yo no sé si es simple verdaderamente, pero sé que es cierto. He oído tantos razonamientos que han estado a punto de hacerme perder la cabeza y que se la han hecho perder a tantos otros, para obligarle a uno a consentir en el asesinato, que he llegado a comprender que todas las desgracias de los hombres provienen de no hablar claro. Entonces he tomado el partido de hablar y obrar claramente, para ponerme en buen camino. Así que afirmo que hay plagas y víctimas, y nada más. Si diciendo esto me convierto yo también en plaga, por lo menos será contra mi voluntad. Trato de ser un asesino inocente. Ya ve usted que no es una gran ambición."

Albert Camus La peste

lunes, 11 de abril de 2011

Dar todo lo que puedes

Quizá es el dicho, ser de buena tonta; pero no lo puedo evitar. Nunca me rindo, aunque pierda el primer asalto, aunque todo salga mal durante una cantidad de tiempo, e incluso cuando no tengo apoyo: sigo adelante. 
La verdad es que no me ha ido nada mal. Al final casi siempre he conseguido aquello que me proponía.
Que suspendo el primer examen de matemáticas, al siguiente lo apruebo con nota.
Que pasan de mi idea por considerarla estúpida, la propongo a otras gentes que lo valoren.
Ante todos los problemas, hay alguna solución o infinitas. En ese sentido soy optimista.

Pero últimamente me doy cuenta de varias cosas. O mis planes son una mierda detestable, o la gente a la que se lo cuento, no le dan importancia, ni a mis ideas ni a mí.
Empiezo a estar cansada ante tanta negativa, tal vez el problema lo tenga yo. Así que siempre concluyo con un...: si nadie me ha pedido nada, será mejor que no vuelva a planear nada, seguiremos con la rutina y ya está. Se acabó. Los dejaré para quienes merezcan la pena.
Pero al cabo del tiempo vuelvo a lo mismo. ¿Qué pasa si se me ocurren tantas ideas y planes qué hacer? Tengo que darles vida o dejaré de soñar para siempre, porque mi imaginación se pondrá en huelga.

Pero esto hace plantearme varias cosas. Yo siempre salgo corriendo, que digo corriendo, volando, cuando me piden algo. Por ejemplo, me fui de fiesta un viernes porque me lo pidieron por favor, y yo accedí encantada, aun sabiendo que al dia siguiente tenía que levantarme muy temprano por alguna competición o por tener que irme con mis padres. Además de volver una hora o dos antes yo sola desde Madrid, para poder dormir al menos 3 horas.
Y lo he hecho encantada, aun sabiendo que era una paliza, que acabaría reventada. Pero pienso que por los amigos hay que hacer esto, cuando te lo piden por favor, porque sabes que si no vas, no los verás en mucho tiempo. Sí, tampoco es el fin del mundo, es un plan guay ¿no? salir de fiesta y eso. Pero... luego no veo la misma respuesta hacia mí.

Siento que lucho por todos, que hago cosas que me perjudican para favorecer (Aunque no siempre es así, a veces benefician). Siento que intento hacer de todo, cuando me piden algo, y veo que están en mi mano lo hago, los ayudo, los escucho... Pero siento, y quizá es un error mio de percepción, pero creo que no soy correspondida. Se que si la gente tuviera que hacer por mí lo que yo he hecho por ellos, sé, que me quedaría FOREVER ALONE.
Está claro que no he luchado por todos, y que no todos por igual. Tampoco lo hago para obtener un beneficio de ello. Lo hago porque quiero, porque lo siento así. Si tengo algo, es el valor de la justicia, y el nada de rencor.
Lo único es que cuando necesito el apoyo de alguien, aunque sea para un simple plan, veo que todo está perdido. Nada de apoyos.
Una cosa tengo clara, no voy a obligar a nadie.Quiero que al igual que yo, las cosas se hagan de corazón, y no porque insista o sea pesada.

Y otra vez, vuelta a empezar. De nuevo resignación. A los pocos dias otra idea. Otro plan. Otra exposición con nuevas alegrías y esperanza de que todo cambie.
Se que no puedo cambiar el mundo. No puedo cambiar la forma de ser de la gente. Pero nunca me rindo, siempre lo intento. Y siempre salgo escaldada por alguna parte. Nunca aprendo. Pero nunca me rendiré, aunque sea sola.