-Lo peor de ser cobarde es darse cuenta y no hacer nada para remediarlo.
-Y ¿cómo es eso posible?
-Hay momentos en la vida en la que quieres ser feliz junto a la gente que quieres, pero tu cara refleja otra cosa.
-Pensaba que creias ser buena actriz.
-Si tuviera algo de fe en mí misma lo sería, y ahora... ¿se puede saber qué me pasa?
-Más que cobarde eres ingenua.
-Pasan cosas delante de mí y no soy consciente.
-Lo que pasa es que vives en un mundo de color rosa, con arcoiris y piruletas, y la vida no es así. Hay momentos duros y hay gente que está ahí para ayudarte y/o consolarte.
-Y dime tú, ¿cómo quieres que espere que la gente me aprecie, si apenas (días si y días no) puedo hacerlo yo?
-Se supone que si están ahí es por algo, no creo que sea solo por unos momentos o porque puedas hacer alguna gracieta y hacerles pasar el rato.
-Sé que son amigos, y me lo han demostrado en numerosas ocasiones. El problema no lo tienen ellos. Lo tengo yo.
-Cuéntales lo qué te pasa por la cabeza.
-Me siento vulnerable al hacerlo, no quiero causar lástima.
-¿Te arrepentirás de la entrada y la borrarás?
-Probablemente. Soy un cúmulo de imperfecciones. ¿Sabes qué? También soy insegura.
-Te da miedo el rechazo.
-No sería la primera vez. Pero no me gusta fingir. Soy como soy, intento ser mejor persona cada día. Y cuanto más empeño pongo, peor lo hago. A veces pienso que la gente sería más feliz si no me conociera.
-Pero tú ¿serías más feliz?
-No, no cabe duda. Estaría sola y aislada, pero es que no soporto que la gente pueda llegar a sufrir por mí. Creo que no se lo merecen.
-O sea, que la gente puede estar para lo bueno pero no para lo malo. ¿Qué clase de relación con alguien es esa?
-Me da miedo la pérdida también.
-Pues una cosa te digo, cualquier persona que te aprecie debería darse cuenta de esto y estar ahí, y si se va te quitas a alguien que no merece la pena.
-Repito: no me gusta dar lástima.
-No consiste en dar lástima. ¿O acaso no crees que los demás también sufren? ¿Si alguien al que tú quieres sufre, acaso no te gustaría estar ahí con él e intentar animarlo?
-Volaría si hiciese falta.
-Creo que entonces los demás también tienen esa opinión.
-Lo sé.
-Sí, y sé que sabes que es lo que te falla, sabes reconocer tus errores, pero no sabes reconocer tus virtudes.
-Entonces, ¿por qué no hago nada para remediarlo?
-Hay veces que se necesita un empujón. No intentes ser tan solitaria, tan autosuficiente. Reconocer los límites de cada uno y dejarse ayudar no es malo.
-Mi problema es que la teoría me la sé a la perfección, pero no sé como llevarla a la práctica.
-Intentas complacer a todo el mundo, y no te digo que eso sea malo, pero te vas consumiendo poco a poco. No se puede ser perfecto y no se puede querer serlo. Es imposible, puedes volverte loco. La vida consiste en dar y recibir, dar y recibir. Consiste en reciprocidad. Entonces me parece perfecto que intentes complacer, pero no te olvides de tí misma.
-Pero hay más...
-Si todo lo sabes ya, yo no puedo hacer más. Tú solita sabes a lo que puedes aspirar. Confío en tí.
-Yo intentaré hacerlo. Quiero mejorar y no caer en estos círculos cerrados que sólo hacen empeorar mi estado de ánimo y hacer empeorar el de la gente que quiero. Basta ya. Creo que sé lo que tengo que hacer. Muchas gracias.
Conflictos de pensamientos que hacen que me desahogue y que me ayudan a ser feliz. FELICES FIESTAS.