sábado, 29 de noviembre de 2014
Al mal tiempo buena cara
lunes, 17 de noviembre de 2014
Anécdotas de estudiante de enfermería parte II
A continuación se realizó el reparto de plantas, la foto y el carné de trabajador en el que claramente ponía estudiante. (El carné es mágico, te hacía ir por las plantas como si fueras una pieza que encajaba en ese conjunto de gente con pijamas verdes y blancos).
Recuerdo un día, estando yo en mi planta con mis trencitas (tanto pacientes como compañeros me llamaban Pocahontas), vino un residente a decirme que subiera a la planta 14 o 15, porque estaba "la Cuqui" de "La que se avecina"; pedí permiso y fui a la planta de una amiga para ir a curiosear por ahí y probar suerte. Recuerdo también que entré a su control cantando y que sus enfermeros me miraron con cara de: esta chica está loca. Pero al final la vimos, y que queréis que os diga: esta actriz es una chica normal y corriente.
El hecho de rotar el primer semestre tenía sus cosas buenas, llegado diciembre tu dieta se iba al garete para pasar a incorporar bombones, turrón, mazapanes y polvorones en la rutina de tu jornada laboral y por supuesto en tus queridas nalgas y lorcillas abdominales.
Enfermería Comunitaria I: asignatura sobre enfermedades crónicas e infecciosas que más afectan a nuestra comunidad; pero también podría describirla como asignatura que nos impartió Fco. J PR sobre enfermedades crónicas e infecciosas, vacunas, porcentajes, epidemiología, ranking del mundo, tablas y gráficas, medidas de prevención (primaria, secundaria, terciaria y cuaternaria), factores de riesgo y nuestra amiga la cartera de servicios con sus criterios de buena atención.
Asignatura interesante, considerada por muchos como un coñazo debido al número tan infinito de diapositivas con millones de datos que los de las otras clases no tenían que estudiar (o en menor medida).
Profesor carismático, con problemas de "me refiero", y me explico: no había más de 3 frases que no fueran unidas por un me refiero, aunque éste en ocasiones no tuviera que ver nada con el contexto o con la cohesión de la oración.
Microbiología: bloque que pertenece a comunitaria pero que no tiene mucho que ver con ella. Además lo daba otra profesora totalmente distinta: Mari Cruz. ¿Y de qué va esta asigantura? Pues de bichos. Sí, bichos, de los que no se ven. Por aquí, por allá, están por todas partes e infectan todo. Profesora de: os doy las diapositivas, os las cuelgo (eso sí, con retraso por supuesto); y hago mis clases algo amenas, cuento anécdotas, os digo la de infecciones que podéis coger en vuestra vida, y os hablo todos los días de Estafilococo Aureus, de la extracción de analíticas de micobacterias y otros, del aislamiento y de la higiene de manos.
Buen recuerdo de la asignatura y de la profesora en general (que por cierto este fue el año en que se jubilaba). Aunque he de decir que no han sido ni una ni dos las clases en las que he salido con cierta paranoia mental sobre bichos dentro de mí.
Enfermería Clínica I: o como conocí al entrañable Jacinto, profesor que al principio es sometido a muchas críticas por su forma de dar clase, pero que es un gran hombre, un hombre bueno. Criticado ¿por qué? Porque se dedicaba a leer en clase, pero no sus diapositivas, sino unos apuntes que escondía en el atril. Todos los años recita la misma canción y sus apuntes son pasados de unos alumnos a otros de generación en generación. ¡¡Pero es más majooo!! Sus diapositivas siempre tienen animaciones que al menos te hacen sonreír (algunas son muy absurdas). Y al final del curso nos chivó una pregunta del examen, que bueno, teniendo en cuenta que el examen constaba de 60-80 preguntas (no me acuerdo), sobre circulatorio, respiratorio y cardiaco: una pregunta podría ser la diferencia.
Fisiopatología: una única asignatura, pero que parecía 4 en 1. Cuatro profesores distintos, cada uno a lo suyo, y a cada cual más variopinto. Lo siento, pero no recuerdo sus nombres. Comencemos con el profesor del híiiigado: ese que no paraba de hablar de hepatomegalia y valores analíticos. Al principio de las clases piensas que está bien repasar lo mismo siempre, pero a medida que prosigue el curso y vas a clase de una asignatura aparentemente atractiva... y ves que no avanzas en el temario, y que te va a salir el hígado por las orejas... la cosa cambia. Otro de los profesores era el señorito Dr. Tomé, creo que traumatólogo, y que nos hacía las clases muy amenas (porque se parecía a Jim carrey) sobre heridas y sus reiscencias, como coser o curar de manera puramente teórica, y que nos tenía con el corazón en un puño porque parecía que de un momento a otro, con tanta demostración sobre caídas, se iba a caer de verdad y fracturarse algo en clase. Por otro lado teníamos al profe de los viernes, que nos hablaba de petequias y púrpuras, cáncer y quemaduras, y del que tampoco recuerdo su nombre, solo recuerdo que era un hombre con una piel muy rosita, y que se ganó el mote de Babe, el cerdito valiente.
Y para que veáis que mi universidad tiene mucho caché: teníamos al mismísimo doble de Malamadre como otro profesor de esta asignatura. Solo él tenía glamour suficiente para acudir a clase en chándal, para pasar las diapositivas super rápido y quitártelas riéndose en tu cara y argumentando que si queríamos saber de verdad acudiésemos a los libros (claro, ¿para eso invierto yo mi tiempo en ir a clase? ¿Para saber que los libros tienen mucha información?). Este profesor nos hablaba del shock y del infarto de TUYOcardio, no de MIOcardio, porque él argumentaba que su corazón estaba perfectamente.
También hubo una cosa guay, que fue el seminario de primeros auxilios y RCP, que fue para muchos su primera vez en el campo de algo tan emergente como una parada cardíaca y el concepto de triage; aunque también es mi deber criticar que podría haber sido más enfermero y explicar la temática avanzada para enfermería y no quedarnos puramente en el 30:2 de cualquier soporte vital básico.
Nutrición: impartida por el genial profesor Ismael Ortuño, hombre para muchas alumnas atractivo, que contaba con el menor número de bajas de estudiantes en sus clases, porque muchas las esperaban con ansia para que se le cayeran las bragas. Pero no por eso me gustaba a mí, sino por lo buen profesor que es. Profesor ejemplar que nos enseñó mucho, que se implicó en dar las clases amenas, interesantes, pero muy bien evidenciadas por ese método científico que a tantos académicos les gusta. Implicado e interesado por nosotros, sus alumnos. En responder nuestras preguntas por muy absurdas que fueran, como qué significa destete. Aprendí mucho sobre la palatibilidad de los ácidos grasos saturados y sobre los aceites de girasol y virgen extra (entre otros más), consiguió que por fin me aprendiera las vitaminas, y por supuesto: nos hizo ver que en la nutrición la enfermera tiene mucho que hacer y que enseñar.
Farmacología: cremita fina. La asignatura temida por excelencia de toda la carrera (o al menos eso decían los cursos superiores). Con gran cantidad de profesores, cada uno con su forma particular de dar clase. Y con gran cantidad de apuntes. Pero vamos a ver señores... ¿cómo pretendéis que una asignatura anual se estudie en 4 meses? Pues dando las clases a ritmo de cohete espacial y si no te enteras te jodes o te compras mi libro para copiar y estudiarte lo que te falte. Pero sí, señores, pese a la fama que tiene: estudiando con muchísimo tiempo de antelación (meses): SÍ SE PUEDE y a la primera.
Pacheco es el profesor titular, decano de la universidad en la actualidad (lo que explica que todo el dinero en profesores se invierta en esta asignatura). Hombre que, desde mi punto de vista y aunque la mayoría piense lo contrario, explica super bien. Yo me enteraba de todo todísimo porque tiene algo especial para enseñar. O eso creía yo. Hasta que al final obtienes su libro como material de estudio (que esa es otra), y te das cuenta de que el 50% de los datos sobre efectos de los fármacos o sobre su farmacocinética, están dados mal, inventados o simplemente cambiados (por ejemplo parasimpaticolíticos por parasimpaticomiméticos). Y entonces piensas que has hecho tú para merecer eso, que la vida es muy triste y de color gris... ¡pero te acostumbras! Al final no te acuestas hasta que buscas milímetro a milímetro sus temas en el libro, comprobando y buscando errores; consiguiendo hundir tu mundo de vaguería estudiantil para trabajar todos los días con un libro como material de apoyo y ayuda. Un hombre peculiar... que no se avergonzaba en reconocer que nos mentía y reirse de ello si le apetecía.
Alfonso Meneses, su discípulo. Otro al que considero uno de los mejores profesores que he tenido. Con su voz peculiar conseguía explicarnos el tema que le tocara, sin prisa pero sin pausa. En una hora sin correr, sin hacer que nuestra mano acabara con agujetas y con callos. Sin mentir. De hecho fue el que mejor se portó con nosotros en el examen. Muy adorable también.
Ana Rivas, o la cuqui falditas. Siempre la recordaré. Nos dio únicamente tres clases (puede que alguna más). Nos dió todo aquello que le daba asquito, mucolíticos, diuréticos y fármacos para el estreñimiento y la diarrea. Nos dijo que ella nos daba la farmacocinética, pero que no nos aprendiéramos los valores porque existen muchos fármacos, es pura memorieta, y al final siempre acabas consultándolo en las guías. Inocente de mí, me estudié toda la farmacocinética de todos los fármacos, menos los que dió ella. Ahora imaginad qué preguntó en el examen...
Esther, la correcaminos. Hablaba tan rápido que una clase suya era una tortura. Por supuesto no repetía nada. Por suerte le tocaron los temas más interesantes y captaba tu atención. Siempre nos decía: el examen no es difícil pero tenéis que estudiaros todo: sin dejaros ni un tema.
Emilio, nos dió los aspectos generales de la farmacodinámica y los fármacos que se utilizan en las patologías coronarias. Este hombre también nos ayudó un poquito, por fin alguien nos colgaba las diapositivas y nos mantenía en un ambiente más relajado en clase, completando las diapositivas con sus explicaciones.
Luego había otra mujer, la cual no recuerdo su nombre, que nos dió únicamente los antihistamínicos y un seminario, por tanto, no puedo hablar mucho de ella. Solo que era muy muy seria.
Y me dejo a la mejor para el final (entiéndase la ironía): la de antibióticos. También nos mentía, pero esta es de las que van por la espalda y te ponen su sonrisa más encantadora. Famosa porque, de un examen de 100 preguntas sobre farmacología (donde hasta no contestar te resta), al menos 20 eran solo de antibióticos. Y no penséis que eran preguntas facilonas... ¡no! hasta estudiando te cuesta contestarlas. Y os lo dice una servidora, que pese a los consejos que recibí sobre: no estudies antibióticos, es imposible contestarlas, caen muchas preguntas y son jodidillas, céntrate en todos los demás temas a la perfección...; pese a todo a ello yo me lo estudié y yo misma me quedé a cuadros cuando leí las preguntas. Luego relacionas, sacas datos y acabas contestando la mayoría, pero telita telita. Avisados quedáis. A esta mujercilla también la recordaré cuando, estando yo repasando todo lo estudiado a dos días antes del examen... recibo una notificación al campus virtual de esta señora, en la que nos adjuntaba unas hojas sobre antituberculosos que NO habíamos dado en clase y que ¡entraban en el examen... a dos días de su realización! ¡!¡!¡ Por supuesto, os confirmo aquí que hubo una pregunta de ello.
Con esto y algo más, acabamos un año en el que por fin dábamos asignaturas relacionadas con nuestra ya comenzada práctica asistencial, esperando ansiosos que llegara tercero y un camino nuevo que continuar.
lunes, 4 de agosto de 2014
De margaritas y amapolas
[Textos encontrados haciendo limpieza, procedentes de cualquier día entre finales del 2010 y principios del 2011].
Tan solo tres días pueden cambiar tu futuro
Muchos sabios del pasado y del presente dicen que el destino ya está escrito. ¿Acaso ya estaba escrito lo que viví y lo que viviré? Amigo, eso no lo sabe nadie.
Un día te levantas y no eres consciente de lo que va a pasar. Tu vida es rutinaria y sin embargo, ese día es diferente. No sabes por qué, pero haciendo lo mismo, has conseguido algo.
La vida es bella, pero solo dura dos días, tiene demasiados misterios y solo piensas en seguir adelante y dejar que éstos se muestren ante ti.
Sin título / Título "bicho raro" tachado
Cuando entre un campo de margaritas ves una amapola, tu mirada se centra en dicha flor roja. No es más importante que las demás flores, ni mejor, simplemente es diferente.
La gente común aprecia las margaritas. La conquistan, pueden alcanzarlas y cogerlas. ¡Hay tantas!
Muchas admiran la belleza y la quietud de la amapola, pero no pueden llegar a ella, es solo mera contemplación.
Solo el verdadero interesado intenta comprender la soledad de ésta y la rareza, y sube al campo para poder tocarla,... y verdaderamente apreciarla.
martes, 22 de julio de 2014
Cuestión de principios
Hoy, sin tenerlo planeado, he leído la primera entrada que escribí en este blog. Tan llena de rabia, tan llena de inocencia a su vez, tan llena de mi. De cómo pienso, de cómo siento.
Fue escrita en 2011, hace casi 3 años; y prácticamente a día de hoy escribiría exactamente lo mismo, tan llena de rabia como entonces.
Efectivamente no soy tan especial ni tan única. Pero... entonces ¿eso quiere decir que entonces no he evolucionado nada? No, tampoco es eso. Recientemente estoy dando pasos de gigante frente a los pasitos de tortuga de antes. Y eso es la fuente de mi orgullo propio pero también de mi preocupación.
Orgullo porque es bueno evolucionar. Porque por mi forma de ser me parecía casi imposible, lo cual es una tontería, porque siempre se evoluciona aunque no nos demos cuenta.
El paso del tiempo, las vivencias y experiencias vividas, la sociedad y la gente con la que te rodeas te hace evolucionar, y también TÚ mismo.
Preocupación porque esto mismo hace que me pregunte si entonces sigo siendo fiel a mis principios.
Los principios de las personas son su esencia, su patrón para actuar, los pasos a seguir, aquello que nos diferencia los unos de los otros.
Para mí son muy importantes.
Actuar sin principios o lo que es peor, ser infiel a los mismos; me dejaría una mancha en mi conciencia que tendría que limpiar. Pero si estos principios, que son distintos entre las personas, chocan con los pensamientos populares; entonces, te encuentras entre quedar bien con los demás o decidir no traicionarte a ti mismo. Es complejo, es difícil. Pero no todo en esta vida consiste en seguir el camino fácil.
A veces me pregunto por qué tengo que ser tan rara. Por qué tengo que pensar siempre de otro modo. Por qué soy tan fría y a veces tan sentimental. Por qué me gusta cuidar a los demás, por qué quiero y creo en las personas...
A veces, solo a veces... me gustaría ser algo más normal en las relaciones interpersonales y pensar como los cánones de la sociedad, los movimientos populares...
...pero entonces dejaría de ser yo (de mis principios).
sábado, 24 de mayo de 2014
Anécdotas anticipadas.
jueves, 24 de abril de 2014
De polos opuestos
Ese rostro tan bello e inexpresivo había sonreído a la cámara tiempo atrás, había sonreído a la vida. Y por injusticias de la vida (ajenas a otras personas o a accidentes), en 24 horas una hemorragia cerebral la dejó dependiente total para las AVD, sin habla, con deterioro cognitivo.