miércoles, 23 de noviembre de 2011

Verdaderamente gratificante.

Todavía recuerdo, aunque poco nítido, las palabras de aquel entrañable profesor diciéndonos que los pacientes no agradecían casi nunca los tratos bien recibidos. 
He de decir que a mí la experencia me ha demostrado más bien todo lo contrario. Son muy agradecidos, te dan las gracias, te las vuelven a dar y te lo demuetran.
Sí que es cierto que algunos no lo hacen, pero es que en el hospital como en el mundo, hay gente de todos los tipos: está la abuela adorable, el señor graciosete, el joven de tu edad, los hay más serios y los hay más risueños. En fin, podría hacer de mis días de prácticas un diario y no me cansaría, no contaría lo mismo, porque cada día es diferente, cada día es especial.

Pero me voy por las ramas. Hoy quiero hablaros de lo gratificante que es para mí este trabajo. He cogido por costumbre y tradición presentarme en las habitaciones con una sonrisa en la cara, y la llevo pegada con cola, porque pase lo que pase, no la quito. Os aseguro que funciona, da seguridad y bienestar al paciente. Por ejemplo, no es lo mismo decir (y mira que es una cosa simple): tienes la tensión alta con una sonrisa, que: mirar el aparato y decir, bueeno, la tienes alta, y con seriedad.
A mí personalmente me asustaría más.

Luego, en primera persona, la sonrisa a mí me ayuda a mantener la calma y mantener la frialdad en casos que así lo precisan.


Hay pacientes que llevan mucho tiempo, pacientes con los que mantienes una relación muy cordial y que confían en tí. Este tipo me suele encantar. Es muy gratificante.

Hoy, después de tres meses de prácticas he recibido mi primer regalo. Es quizá una tontería, pero me ha hecho muchísima ilusión. Siempre regalan en general, porque muchos lo suelen hacer querido profesor. Pero siempre dicen este regalo para todas vosotras, y las enfermeras lo dejan en el estar de enfermería y todos participamos de él, o comemos un poco todas. Pero el de hoy era para mí, y la enfermera con la que he solido ir estos días.
Os describo como ha sido: era ya casi la hora de irme, días antes me había ido ya para esa hora, pero hoy una paciente, la cual no me pertenece pero me da igual porque me acoplo a cada caso que puedo; había venido de una prueba y venía francamente mal, desorientada, con cierto estupor, y con la tensión muy alta, sobretodo y preocupantemente la baja, por lo que yo estaba ahí tomándole la tensión a esa mujer tan especial. Tras haberlo hecho me fuí al control a comentarlo y tal, y mi supervisora, como siempre, al vernos tan tarde ya estaba diciendo que me fuera, pero yo, por curiorisad, quería seguir allí comentando la vida débil de la mujer hipertensa. Fui a ponerle el pulsi y después volví al control. Una vez allí viene la enfermera con que había estado estos días con una caja de bombones: Miriam, Julia quiere que vayas.
Cual sería mi sorpresa cuando estaba su marido esperándome con una caja de bombones similiar de Nestle caja roja envuelta en papel de periódico. Para tí, por portarte tan bien con ella. Y he de contaros, queridos, que una vez en una consulta estaban el médico y estudiantes de medicina: curarla, por favor-dijo el medico- los estudiantes nunca han visto una colos y me gustaría que la vieran. Hazlo tú Miriam, me dijo la enfermera susodicha. Y así fuí yo, preparé todo y fui a curarla. Ya lo puedo hacer bien- pensé- sino a saber que opinan de mí, tengo 8 ojos médicos pendiente de mis movimientos y mis errores. Solo estaban ellos y yo, mi enfermera estaba haciendo otras cosas. Gracias a dios, el médico me felicitó por hacerlo tan bien siendo estudiante, y así quedó, la bolsa de colos limpita y cambiada, y ¡¡hasta le hizo una foto!! Sé que es fácil, pero a mí me hizo mucha ilusión. Repito: es gratificante.
Bueno, me he ido otra vez por las ramas. Julia tras darme la caja me ha dicho, serás una muy buena enfermera, serás de las mejores si sigues así. 
Esta mujer ha superado un cáncer de recto, ha estado y sigue estando muy débil, pero lo ha superado, ha tenido momentos entre la vida y la muerte, con casi pérdida de conciencia, y en todos esos momentos me enorgullece reconocer que estaba yo allí para apoyar y ayudar siempre.

Aunque no te regalen cosas, te persiguen cuando se van de alta y te dicen: gracias por todo, y también vale, vale muchísimo. O en cada cosa que haces, acabas recibiendo un gracias.
Imaginaros la ilusión cuando he ido por el pasillo con mi caja de bombones con las palabras en el corazón, no cabía en mí de gozo y de ilusión.

Voy a tener que hacer un blog solo de las anécdotas. He estado solo tres meses, y os aseguro que no soy la misma que cuando empecé. Soy otra, mejor persona, más sabia (ya hago casi lo mismo que las enfermeras profesionales) y si lo he conseguido es gracias a la gente tan fantástica que trabaja allí y por toda aquella que duerme allí habitadas entre esas cuatro paredes: los pacientes.

martes, 18 de octubre de 2011

Un final aparentemente feliz (Engracia 2ª parte).

Sí, finalmente Engracia salió adelante y fue dada de alta hace dos días.
Hay que clarificar que esta mujer tan entrañable se fue con una sonda vesical y una ileostomía un tanto peculiar. Pero después de todo lo que ha pasado, la verdad es que eso no es nada. Se va con un recuerdo anatómico nuestro del hospital: las úlceras por presión. Pero lo que más me soprendió es su reacción cuando le dimos la noticia (días antes) de que la mandaban a una residencia donde iba a ser muy respetada. Engracia no se quería ir.
-Me he sentido todo este tiempo como una reina. Me habeis tratado muy bien, y siempre que se me abría una bolsa o había fugas, siempre habeis venido con vuestra mejor sonrisa. No me lo merezco, y me da lástima daros tanto trabajo. Seguro que he sido vuestra peor paciente por daros tanto trabajo con todo lo que ya teneis aquí.

Lo que ella no sabía era que lo hacíamos con todo el gusto del mundo. Y que, de forma personal, ha sido una de las mejores pacientes/personas que he conocido.

Los últimos días nos confesó que, cuando ingresó (lo hizo de urgencia y con una situación poco compatible con la vida) estando ella en la cama, casi inconsciente, escuchó como decían los médicos: La señora Engracia ------ ----- va a morir, apenas tiene posibilidades de vida.
Nos confesó las ganas que tenía de vivir, y que ello no le asustó, sólo la animó a seguir hacía delante. "No quiero morirme todavía".

Lo que está claro es que esta mujer es una luchadora nata. Es muy díficil pasar por todo lo que ella ha pasado sin derrumbarte, y esta mujer no lo ha hecho, o al menos ha sido tan humilde de no aparentarlo para ahorrar molestias. (Molestias que en realidad no lo son).

El día que le dieron el alta fue algo muy significativo. Jamás había visto, en mi mes y pico de prácticas, una despedida así. Unas compañeras mías (estudiantes de auxiliar) que la tenían muchísimo cariño fueron a la floristería y le compraron una rosa. Y allí estaba ella, en su cama, despiéndonos con sus finos brazos que antes era incapaz de mover, saludando, con una gran sonrisa en la boca, perfecta con su dentadura, y su rosa agarrada con firmeza sobre el pecho. Todo el personal de la planta en la puerta, despidiéndose con gran afecto. Muchas batas blancas y verdes le dábamos la despedida.

Fue muy bonito.

Ahora su habitación está ocupada por dos nuevas pacientes con sus respectivas historias. Pero lo que está claro es que esa habitación no será lo mismo sin ella.

viernes, 30 de septiembre de 2011

Engracia

Recuerdo bien mi primer día de hospital. LLegué super inocente a mi planta, sin saber muy bien en qué consistía verdaderamente la vida en él. 
Mucho personal, pasillos largos y equipados, y un gran número de habitaciones, todas ellas con sus pacientes, unos acompañados de sus familiares y otros que, desgraciadamente, no.
Son muchas las historias que, cada día, hacen del hospital una gran biblioteca de saberes. 
Cada una, es única e irrepetible. Hoy, aunque tengo muchísimas anécdotas de este primer mes, quiero hablarles de Engracia. Quiero contar su historia, y sé que no se deben decir nombres ni apellidos, y que hay que respetar la vida anónima de las personas, pero me siento obligada a contar la maravillosa historia que ha llenado este primer mes mi estancia en el hospital, es como un homenaje de forma anónima bajo el nombre de Engracia y sin revelar más datos que puedan llevar a una posible identificación de esta persona en cuestión.
Mi supervisora quería que desde el primer día nosotras llegaramos puntuales para poder ver así los cambios de turno de la noche a la mañana y poder enterarnos de las novedades que acontecen por las noches. Así, obedientes y puntuales como unas buenas novatas nos presentamos mis compañeras y yo al estar de enfermería el primer día.
-(...)Puff, la X12.2. está fatal, está podrida, no le damos ni 2 días de vida.
- ¡Qué bien!- pensé yo, mi primer día y ya se me va a morir la gente.
Atenta a todos los comentarios que habían dicho sobre cada paciente, acompañé a auxiliares y enfermeras habitación por habitación, haciendo cosas y a la vez intentado recordar que comentario pegaba con cada paciente; pues ya no me acordaba quiénes eran los autores de dichos comentarios. 
Cuando entré en la habitación de Engracia supe de inmediato cuál era su pronóstico. Tenía una habitación para ella sola, estaba encamada y había que incorporarla y tumbarla con la ayuda de una grúa, pese a que es una mujer muy delgada, de peso bajo y menudita.
Al llegar al día siguiente pensé que ya no estaría o que, al menos, de ese día no pasaría; tales eran los comentarios pesimistas que se hacían sobre ella. Cuál fue mi sorpresa al encontrármela ahí, tranquila y viva. Yo ahí todavía no era capaz de ver su luz interior, esa mujer desprendía vida.
La primera semana tampoco estuve mucho con ella, y simplemente era una desconocida más, una persona más y ya está. Y tampoco comprendía bien el por qué de la desesperanza para con esa mujer, si aparantemente no estaba tan mal. Como los primeros días me tocó hacer de auxiliar de enfermería (trabajo que no me desagrada en absoluto y que me parece un pilar tan importante como cualquier otro dentro de un hospital) comprendí todo. Me tocó ayudar a una auxiliar a lavarla, y cuando la ví desnuda me horroricé. Hoy me parece una cosa fantástica, muy humano y muy real. Engracia tenía una colostomía por donde salían varios centímetros de intestino, con una fuga hacia la herida quirúrgica que tenía en la barriga, y la cual drenaba que daba gusto, y a su vez, varios agujeros de drenajes por los cuales salía mucosa. La mujer estaba hecha un flan. Además tenía una úlcera grado IV en el culo. La pobre no se podía mover, y para poder comer necesitaba ayuda, sus brazos no podían movilizarse ni aguantar el peso de una simple cuchara, y para colmo tampoco tenía dientes.

Cuando, al cabo de un tiempo, empecé con las enfermeras, y ví la primera cura, me quedé muy asombrada con todo.
Pero sin embargo, tampoco tenía mucho contacto con ella, y mis compañeras y yo nos turnábamos para cambiar de pacientes y ver de todo un poco.
Pero la vida de esta mujer se fue alargando, los comentarios negativos persistían pero, sin embargo, la mujer no moría. Se abrió el otro pasillo, y nosotros los estudiantes nos dividimos dos a dos, y yo me quedé en su pasillo, en las habitaciones con números altos pues ya conocía a los pacientes y aún con sus complicaciones me gustaban, y me caían muy bien. Así que pedí a mi único compañero hombre (dentro de la enfermería) que me dejara con las altas y él accedió encantado. Así, como tantos otros, Engracia pasó a ser mi paciente, y todos los días la vería, y comprobaría su evolución y su mejora si en algún caso se diera.

Cuando yo entré al hospital durante los primeros días la mujer se quedaba dormida casi todo el tiempo, aunque no sé si en realidad era sueño o somnolencia. Apenas hablaba y lo poco que hacía era casi indescifrable.
Pero cuando fue pasando el tiempo, la mujer se veía con más ganas, hablaba más y se le entendía mejor. Gracias a eso, fue entonces cuando empecé a conocerla, a comprenderla y a descubrir lo maravillosa que podía llegar a ser. Tenía un encanto especial que inundaba la estancia.
Pero no sólo ella evolucionó, yo también lo hice con ella. Pasé de no querer entrar a su habitación en las curas por el olor a podrido y mierda que desprendía su vientre, a querer hacerlo todos los días solo para estar más cerca de ella. 
Muchos de vosotros quizá no lo comprendeis, pero si la conociérais lo sabríais.
Su fisio iba casi todos los días para ayudarla a moverse, y la progresión no se hizo esperar. Estos últimos días que he estado con ella ha pasado a mover los brazos, las piernas, a comer sola.
La cabeza cada vez estaba más lúcida, más inteligente, y no como antes que ante el olor de las curas ella decía: "el agua de la nevera huele mal". No, ahora todo era coherencia, (y no digo que lo del agua de su nevera no tuviera algo de coherencia, me pillais ¿no?) frases humanas y reales, y sus ojos miraban con agradecimiento.
Cada día hablaba más, cada día te contaba algo más y eso me hizo que yo, sin darme cuenta, me fuera uniendo cada vez más a ella.


Mis compañeros seguían visitándola, pues a ellos también los había conquistado, y hacíamos que esa mujer no estuviese sola; y sus familiares iban y estaban con ella, pero 24 horas son muchas para sólo un hijo y una hermana, que es la poca familia que creo que tiene.

Le habían puesto una sonda nasogástrica días atrás para complementar la comida, ya que al principio os he dicho que precisaba de ayuda para comer y que, por ello, Engracia se negaba a comer más de la cuenta. Pero ahora que lo hacía sola, comía de todo un poco, y siempre me decía: "me lo he comido todo, toooodo, y mira que siempre he sido de poco comer". Y la creo, porque es taaan pequeñita, taaan delgadita. Aún así le metían un batido de proteínas por la sonda para complementar. Yo me encargaba de dicha tarea para buscar una excusa para entrar a la habitación y decía a mi enfermera, oye Pepita, ¿le habéis dado ya el batido a Engracia? La enfermera que no se lo había dado, me decía que no, y entonces yo aprovechaba para decir que no se molestara que ya se lo daba yo. 
Tanto evolucionó que seguía con la sonda, pero le dábamos el complemento por vía oral con una pajita, que ella así lo prefería y por lo menos así sabía en qué momento le apetecía más.


El otro día, cuando entré otra vez, con mi batido y la pajita no pude contener la risa.
-Engracia, ¿cómo se encuentra hoy? ¿Le duele algo?
-Hola, mira toma.
Y empezó a sacar botellas de agua de debajo de los brazos.
-¿Y esto?
-Es que estoy haciendo pesas.
No pude evitarlo y las dos nos pusimos a reir. Pasó de no moverse a hacer "pesas" con botellas de agua.


Ella estaba luchando, odiaba beber agua y los batidos, odiaba comer tanto, pero como lo decían los médicos, como nosotras la animábamos, ella se esforzaba.
Ella mejoraba, ganaba fuerza, su tensión iba subiendo (pues al principio estaba bajísima), estos días tenía 11 de tensión, 11 con algo. Lo normal.
Se movía, y aunque no podía levantarse, levantaba brazos y piernas durante escasos minutos.

Estaba evolucionando de cabeza para arriba, de cabeza para abajo se estaba pudriendo.
Las curas cada vez eran más y más complicadas, un día me regañó una enfermera por soltar una exclamación; pues... las grapas de la herida quirúrgica se le habían soltado, y tenía, y NO EXAGERO, la tripa abierta, yo no me lo esperaba. Como en una operación abierta y no laparoscópica, estaba abierta, se veía su interior.
Y así ha estado estos últimos cuatro días, con su tripa abierta, empeorando, pero mejorando a nivel cerebral.
Entonces, ¿qué pasa? Ayer la bajaron al quirófano. Y ahora vivo con la incertidumbre de saber qué pasa, si sigue viva, si está consciente, o si está muerta. Porque ayer fue jueves, y yo no vuelvo hasta el lunes (al tener esta semana una fiesta de la universidad).


Preguntamos mi compañero y yo a un MIR sobre su estado y dijo que la operación había sido muy complicada, pero que sin embargo, ella había salido. Por lo tanto la bajaron a REA, y allí espero esté todavía. Pero eso es lo más díficil: a su edad sobrevivir a la anestesia no será fácil, y no es la primera operación a la que se somete de estos niveles. Es complicado, pero muchos vivimos con la esperanza de poder verla algún día. El lunes no creo porque si ella aguanta, no creo que suba tan pronto de la REA. 


Espero que el lunes su habitación esté vacía. Eso significará que sigue con vida. Y que su cama la está esperando.


Quizá no me debería haber encariñado tanto por si tiene un final triste. Pero  aunque me daría mucha lástima, viviré tranquila de haber conocido a una gran mujer que ha luchado y ha sobrevivido a un mes a algo muy duro.



Sólo he dicho su nombre, y he de decir que Engracia pese a todo, es una de las personas mas valientes que he conocido en mi vida.
Si algún día vuelvo a escribir sobre ella, significará que hay más historias que contar y querrá decir que he vuelto a verla.

¿Continuará?

sábado, 13 de agosto de 2011

Anécdotas de estudiante de enfermería parte I

Recuerdo aquel día. La noche de antes no quise pensarlo. Me había entrenado y concienciado a mí misma de no pensar en ello. Pero en aquel instante no pude aguantar las ganas. Me puse el despertador a las 8 de la mañana, o 7 no recuerdo bien; y esperé ansiosa el mensaje mientras iba encendiendo el ordenador.
LLegó el mensaje, y yo no sabía si leerlo o no, por el miedo: miedo a que no me dieran la opción, miedo de no ser elegida. Me armé de valor y lo hice: ¡¡había sido admitida como estudiante de enfermería!! Nota de corte: 10.301 si no recuerdo mal.

(Ahora me pongo a pensar que hubiera sido de mí de no haberme dado la nota para esa carrera en esa universidad. Me hubiera perdido muchísimo.)

A partir de ahí, un verano relajado y sin sobresaltos. Fui a echar la matrícula y me quedé muy sorprendida: la facultad de medicina era enorme, el hall una pasada, con su cuadro de médicos enormemente colgado, y la primera planta con sofás, jarrones y demás. Pensé en un hotel si no hubiera sido por el olor que tanto la caracteriza: huele a sanidad. O al menos a mí me lo parece.

(Cuadro que hay en el vestíbulo)

Y así llegó el día 13, el día de la presentación. ¿Dónde estaba el aula? Mucha gente preguntó, yo me decidí a seguir sin más a la gente. Y la encontré. Empezó la presentación, el aula llena, la gente atenta (que poco duraría). Tras media hora de presentación sonó la puerta: la mitad de los alumnos se habían equivocado de aula y tras andar como ovejas sin pastor por pasillos de la facultad guiados por una mujer que les dijo que ahí no era, llegaron con media hora de presentación hecha. Sillas que pasaban de un aula a otra, gente de pie. Ese iba a ser nuestro día a día: la lucha por el mejor sitio.
Ya en la presentación nos putearon un poquito con el tema novatadas, y ya era el primer día; así como diciendo: preparaos majos.

Clase de fisiología: la primera. Una clase muy interesante sobre funcionamiento del cuerpo humano impartida por las Nachas. Recuerdo la nebulosa de ideas que se nos pasaba a todos por la cabeza en las primeras clases. Era díficil pillar su dinámica y entender el cuerpo a la vez. Sin duda alguna fue la asignatura más catastrófica a la hora de las notas y los aprobados. A decir verdad, las profesoras, Nachas, no ayudaron mucho en esto, puesto que sus exámenes eran de todo menos fáciles. Y es que claro, entre cada carcajada en clase, preguntas sobre la micción o el funcionamiento del riñón, el laboratorio y los grupos sanguíneos de áquellos que decían que no eran de ese grupo... (quizá es adoptado, nadie lo sabe); los seminarios y sus exámenes, y los tochacos de apuntes... pues... la cosa quedó así.

Bioquímica: clase también divertida con la gran Paloma. Yo creo que es una de las profesoras más queridas por su forma de explicar. Es única, va muy rápido pero es clara y concisa. Eso sí, mucha gente se pregunta que hay detrás de ese kilométrico flequillo, yo creo que es un misterio donde la ciencia de los bioelementos no puede llegar. Esa magnífica mujer acabó aprendiéndose los nombres de casi toda la clase, aunque al principio pusiera algún que otro mote como señor del magnesio.
Y Villarino: el hombre del tick en los ojos. Hombre que explicaba siempre con papel en mano. Y no dudo de su sabiduría pero es que... es un poco díficil de entender. Recuerdo un día que estábamos dando la B-oxidación de los ácidos grasos... tanta fórmula pa' aquí y pa' allá, la gente hablando (como siempre y en todas las clases). Eso era un lío. Gracias a Dios eso lo habíamos dado en segundo de bachillerato, y otros se habían comprado los apuntes en el metro.
El año que viene nos veremos las caras en nutrición.
En esta asignatura hubo aprobados y con buena nota. Gran parte se la debemos a Feijoo (¿se escribe así?); porque aunque tenía una pachorra descomunal, nos enseñaba de forma muy básica dejando las cosas de forma fácil. ¡Y tanto! pH 6: ¿ácido o base?
Asigantura con seminarios sobre el número de carbonos de los glícidos, con los EXPERTOS en mano, contemplando a las moléculas en su grado de polarización, en sus cis y trans, alfas y betas.

Sociología: mujeres lobos disfrazadas de corderitos. I.Gentil y su compañera Marta. La una que daba clases interesantes (a mí me gustaban) sobre la sociedad, los problemas de la humanidad y el racismo, entre otros. Y su compañera que nos daba clases sobre violencia de género.
Voy a ser sincera, me esperaba mucho más sobre la violencia machista: esperé impaciente la primera clase y me gustó: fue la primera y la última. Las demás clases se hicieron monótonas y repetitivas. La misma esencia disfrazada bajo otras palabras muy parecidas.
La asignatura de trabajos y más trabajos. Profesoras simpáticas que en el trabajo final... ¡¡zasca!! Esto no me gusta, esto está mal, poco trabajado, inventado, aburrido, me esperaba algo mejor.. bla bla bla bla... De ahi lo de lobos y corderos, no lo hago a ningún mal claro está.

Psicología: clases surrealistas donde las haya. Empiezo por lo mejor... (o lo peor, depende de cómo se mire). Mariló, la mujer de los determinados momentoh. Todo empezó con una coña, pero al final todo se trabó en desesperación... ¿acaso tiene un problema de pronunciación con las s? LLegamos a contar las veces que decía determinados momentoh (su frase favorita) mal dicha: llegamos a contar hasta 24 veces en tan solo una hora. Bueno, pues esta curiosa mujer nos daba clases sobre la psicología de los bebés y los niños principalmente. Clases donde se hablaba de las bocas que ponían los niños... la más famosa: la boca cuadrada; tanto que se llegó a inventar un dicho como: en boca cuadrada no entran moscas, o meditaciones frente al espejo ensayando cómo poner esa forma.
También es famosa esta mujer por hablarnos de la idiosincrasia (gracias a ella jamás olvidaré esta palabra). Nadie tenía idea de lo que era, pero ella hablaba como si de algo cotidiano como la palabra hola se tratara. Alguien le preguntó que era y se sintió ofendida porque supuestamente (mentira) lo había explicado.
También teníamos a otro profesor en psicología: su nombre... mmm ¿profesor Méndez?, lo que sé es que se parecía a Constantino Romero y creo que es más conocido así. Hablaba igual que él y su aspecto físico también era parecido. Sus formas de dar clase para algunos eran como si fuera un documental de la 2. A mí me fascinaban: locura, esquizofrenia, toda la psiquis, los sentimientos, la inteligencia, la memoria...
Y no puedo olvidar al último de esta materia Iván: el hombre de los juegos, las bromas, explicar poco y bien, y el de las clases relajantes los viernes a última hora. Como era fácil, como eran juegos, mucha gente optó por abandonarla, y acabamos yendo menos de la mitad de la clase. Pero creo que sus clases merecían la pena.
Recuerdo que de todas las que teníamos, psicología era de las más divertidas.
Y sus seminarios... ay ay ay. Con el "genial" hombre Javier Urra o defensor del menor como se prefiera. A mucha gente le fascinaba este hombre pues, sí, lo reconozco: sabe muchísimo de todas las cosas. Pero a mí personalmente me parece taaaaaaaaaan tan ¡tan egocéntrico, tan orgulloso y tan poco modesto! tengo un título de no se qué, soy especialista en no se cuanto, era el mejor de mi generación, conseguí una plaza de 5 en toda España... buuuuuuuuuuf. Sus seminarios eran de extremos, o te gustaba hablar en público (tu vida), o te medio escondías porque no querías que te psicoanalizara. A mí al fin y al cabo me gustó: descubrí tantas cosas de la gente que no me esperaba...
Recuerdo un día en que una compañera me pasó la página web de este hombre (pues en un momento de aburrimiento se puso a cotillearle) y no pude contener mi sorpresa cuando vi a este hombre tan peculiar posando en las fotos, cual modelo se tratara, en un parquecillo con arbolitos, así y asá. Fue increíble.

Anatomía: sin palabras. Hay demasiadas anécdotas aquí. El primer profesor, el de los piojos en costura, (profesor Carmena) (sé que estabamos muy apretados en clase pero majo, que es el primer dia, ten un poco de tacto). Este hombre caía mal a muchos (a mí me gustaba muchísimo, su humor me parecía gracioso); y es que tenía un don para dibujar a dos manos, lo hacía de forma simétrica en la pizarra y con una rapidez increíble. ¿Nosotros los alumnos? Desesperados. No nos debajan llevar los dibujos impresos, todo tenía que ser a mano. Los profesores dibujando rapidísimo y explicando a la vez que dibujaban. Era la clase más temida por la desesperación de no pillar algún nombre de vena, arteria, nervio, hueso, músculo, acción, punta, lado, parte distal, proximal, supina, prono, etc, etc. Además estaba terminantemente prohibido hablar, porque si no no explicaban o iban mucho más rápido. Y tú ahi, en una clase con cien personas, sin mesa, con todos los colores en las piernas, dibujando partes del cuerpo, intentando pillar todos los nombres, los apuntes y las referencias, mirando al profesor para ver como se mueve o como gira, hacia que lado, y sin poder hablar.
Acabábamos locos, hablando, preguntando, y esto era como una gran retroalimentación positiva. No podía parar.
El otro profesor igual de estresante era Krilin (se parecía mucho al de Dragon Ball), el profesor Laguna. Era y es el hombre de la eterna sonrisa, siempre sonriendo, a veces hasta daba miedo. Un cirujano que siempre aprovechaba cualquier ocasión para decirte que sacaras la lengua o para ver tu clavícula. Todo desde el punto de vista médico claro está. Hombre de dibujar escápulas. Señor, ¿cuántas escápulas hemos dibujado? Ya tenemos hasta obsesión con ellas. Escápulafeliz navidad, entre otras. Pero es que si no la hemos dibujado cien veces no hemos dibujado nada. ¡Cuántas relaciones tiene, músculos y nervios tiene la jodia!

He aquí nuestras amigas.

Seminarios con aparato digestivo, respiratorio, cardiovascular y genitourinario, con miles de dibujos, nombres y demás.
A pesar de todo, ha sido una de las asignaturas que más gustan. Claro que experimentar con cadáveres no hubiera estado nada mal.

Después de estas cinco asignaturas llegaron los exámenes de febrero. No hay mucha anécdota aquí: gente estresada por empezar demasiado tarde a estudiar, gente que ya había repasado tres veces todo, gente que ni fú ni fá. Clases medio vacías... o medio llenas. Rombo poplíteo, triángulo de Escarpa y demás en la última semana; así como el tema de la digestión en fisiología. Preparar el trabajo de anatomía, los dibujos, el trabajo de sociología y las exposiciones, sin olvidarnos del trabajo sobre motivación para psicología y el póster de bioquímica.
Cuando llegó la tarde del 4 de febrero y vimos que estábamos libres desde hacía tanto tiempo... quedamos todos y nos fuimos por ahí a disfrutar.
(Que poco iba a durarnos).


Segundo semestre: ¡buah! pensamos la mayoría, ya hemos pasado lo díficil, las asiganturas que viene a continuación son las más fáciles. Esto es pan comido. ¡¡Ghhhchiiiis!! Hachazo. ¿Fácil? Buenoooo, quizá sí... ¿Apuntes? ¡A punta pala!

Fundamentos de enfermería: cómo engaña el nombrecito, lo que en realidad quiere decir es historia y un poco de historia de enfermería. Me dirás tú: cuando pongamos sondas y pinchemos estaremos pensando que hacían las mujeres en la Antigua Grecia. Además las clases eran tan divertidas y dinámicas.... ¡EJEM! No te lo creas, es todo pura ironía. ¿Nuestra profesora? Una sor: Sor Francisca, una mujer tan adorable e irritante a la vez... No habla, silba, y eso molesta mucho. Además su forma de dar clase era... igual de estresante que anatomía, o incluso peor, porque anatomía por lo menos llamaba la atención y era interesante. Cuando acabamos el primer semestre pensamos que no volveríamos a correr tanto cogiendo apuntes.  Que equivocados estábamos: en esta clase la sor se dedicaba a poner power points y leerlos. Solo eso. Y claro, siempre se lee más rápido que se escribe. A decir verdad nos sirvió para desarrollar destreza en la mano, y a elaborar estrategias en cuanto a la forma de copiar haciendo que trabajaramos en equipo: tú lo de arriba y yo lo de abajo. Y así sucesivamente.
Eran aburridas sus clases, y sus seminarios ya eran horrorosos. Te plantabas ahí a las 8 de la mañana, después de haberte levantado a las 6 y dormido poco, y ahí sentada escuchando historia... Por si no fuera poco, todos acababan con un trabajito de regalo.
Esta buena mujer, por lo menos, no cambia el examen, y lleva años y años poniendo el mismo examen en junio.

Metodología de la práctica enfermera: pensamiento crítico, planes de estrategias, casos clínicos, juicios diagnósticos y terapéuticos, signos y síntomas. Aunque eran clases teoricass se acercaban mucho más que las demás al entorno de nuestro futuro como profesionales.
Teníamos varios profesores: el primero fue Gallego, que genialidad de profesor, no utilizaba power point ni nada para explicar, solo hablaba y lo explicaba ¡tan bien! Además era muy gracioso y ponía unos gestos un tanto peculiares. Era tan guay...
También tuvimos a Jorge Diz (creo se escribe así), que hombre tan majete y tan basto. Te explicaba algo de algún paciente y lo contaba de forma seria, pero es que hacía gracia cuando lo contaba, porque siempre usaba los tacos, "porque es que hay gente gilipollas que decía que lo de las pastillas se lo pasaba por el forro de los cojones". Era tan campechano...
Eso sí, se iba  por las ramas contando experiencias, pero aún así también era muy buen profesor. Recuerdo una cosa que dijo cuando dabamos el test de Tunner creo que era: chicos a los 15/16 años el miembro viril ya ha crecido todo lo que tenía que crecer, así que si es pequeño, lo siento mucho por vosotros, que ya no crece más.
Sus clases eran una risión.
También teníamos a Amelia: una mujer con un parecido razonable a Peplau (una teórica de la enfermería). Mujer con el pelo muy rizado, muy maja y lenta en sus explicaciones. El día que se alisó el pelo parecía otra mujer.
Y por último a María Antonia, la mujer del pensamiento crítico. Tampoco puedo decir mucho más de esta mujer porque tampoco hacía nada raro. Era una de las pocas normales en la docencia.

He de decir que estos cuatro profesores también impartían clases de vez en cuando sobre Fundamentos.

Productos sanitarios: el nombre lo dice todo, aunque nos engañó a muchos. En mi vida había pensado que en un hospital podría haber tanto producto. Una asignatura útil si te quedas con lo básico, pero es que había tanto que estudiar que así no se puede. Pensabamos que estaría tirada, unas cuantas agujas, materiales de quirófano y poco más.... Já já já. Y yo me pregunto, ¿acaso no hay mejor forma de aprendértelos que trabajando con ellos? Parece ser que no. Que hay que estudiar los productos, sus formas, sus materiales, los colores, el calibre y los tipos. Estoy de acuerdo que en unos meses en los hospitales estaremos mucho más familiarizados con ellos. Sí, no te digo yo que no; pero será así en lo básico. Yo no me acordaré de que el azul es X gauges, de un calibre de no se cuantos mm, y que la curva de la sonda vesical acodada es para esto otro. Así como tampoco sabré cuando saque sangre que estoy cumpliendo con la normativa vigente  93/42 sobre PS, que han seguido unas normas armonizadas y que son de clase IIa o IIb por el anexo IX de 1591/2009. Y si a esto le sumamos que los PS en general tenían una norma, los de diagnóstico in vitro otra, y los implantables activos otro tanto de lo mismo; que se clasificaban en cuatro categorias pero había 17 reglas con excepciones y que... tenías que aprendértelas todas, pues era para pegarse un tiro.
Y no solo eso, distingue tú un EPI de un PS, un guante igual, pero uno con uso de protección (señoras de la limpieza por ejemplo) y otro para proteger al paciente, pero también te proteges a tí mismo, y.... esta es la forma de acabar con una rallada mental. Gracias a Dios conseguimos entenderlo todo y acabamos aprendiéndonos todo. (O casi todo).
Profesores de esta materia: J. Luis: hombre de acento peculiar que explicaba leyendo pero con un arte característico. Ese hombre nos hacía entender que sabía de todo, de todos los productos. Lo que le falló fue darnos las primeras clases, todas ellas sobre legislación... se le cogió un poco de tirria por ello. También era el coordinador de la asignatura y era él quien daba la cara en los ejercicios, donde los alumnos criticaban la validez de éstos. A pesar de todo, era un buen hombre.
Luego teníamos a Carmen, esta mujer era muy graciosa, nunca se estaba quieta, se paseaba por la clase dando grandes saltos, y mostrándonos los productos. Tan pronto te llegaba uno, que estabas desenado cogerlo, venía ella y te lo quitaba para poder explicarlo. Y cuidadito con las preguntas que hicieses, porque te sacaba en mitad de la clase y hacía prácticas contigo. Recuerdo un día en que una chica preguntó como se ponía un pañal a un anciano (si era igual que con los bebés): pues la puso de pie y le colocó un pañal de tamaño XL. Fue muy gracioso.
Y Norma, pequeñita y aunque de físico seria, era muy graciosa. Tenía anécdotas divertidas. En las excursiones al Clínico parece ser que le habían puesto un petardo en el culo porque iba rapidísimo para que la gente pudiera ver todo. Muy peculiar y maja esta mujer.
También teníamos a los enfermeros que venían a darnos clases medio prácticas sobre vendas, sondas, fístulas, electromedicina, catéteres, marcapasos, etc.
Y las geniales excursiones a la fábrica de Tegosa en Toledo, donde nos dieron una variedad de regalos, y las visitas al Clínico y Gómez Ulla.

Informática: muy bien, se preguntarán, ¿qué pinta aquí en esta carrera la informática? Pues mira, para hacer trabajos todas las semanas, aprender sobre el funcionamiento del campus, blogs, chats, historia de internet, la sanidad en la red y algo más. Clases muy muy divertidas con D. Carabantes. Para unos inútiles, para otros conocimiento general. A mí me sirvió para aprender cosas guays sobre la tecnología que no sabía. Y a decir verdad era muy fácil de aprobar, y los exámenes eran vía on-line, en tu casita, con tus autoevaluaciones y todo. La gente odiaba a este profesor porque era muy directo y vacilaba mucho a la gente. Pero es que lo dejaban a huevo, y había preguntas tan estúpidas que un buen hachazo era lo mejor de lo mejor. David chapó pá tí.

Salud pública: ello se resumen en: medio ambiente & sanidad, epidemiología, estadística y estudio de la población.
Empecemos con Pilar Mori: mujer especial que nos dejaba copiar a nuestro ritmo en clase. ¿Ya? y la gente a coro como si en el circo estuviéramos... nooooooo, esperaba 10 segundos y... ¿ya puedo pasar? nooooo. Y así durante una hora de clase. Bff, a mí me ponía nerviosa. A la gente le gustaba porque nos dejaba tiempo, pero es que de verdad, con solo evitar la preguntita y a la gente desesperada gritando: ¡no, no, no, no pases por favor! hubiera preferido que fuera rápido. Esta mujer era buena, pero nos cogió manía con cierta razón por hablar tanto en clase. Pero es que había cosas muy tontas en los apuntes, muchas faltas de ortografía y también cosas útiles. Después de cada tema, una foto sobre naturaleza.
Y luego el gran Pacheco: con estadística, epidemiología, pruebas de laboratorio y población.  Era genial este hombre. Mucha gente no entendía como explicaba pero lo hacía bastante bien. Recuerdo sus "exámenes sorpresa", sus obsesiones sobre el cáncer de pulmón y el tabaco, sus preguntas fáciles y rebuscadas sobre matemáticas y el hecho de sacarnos a la pizarra, lo cual molaba, a mi porque me recordaba al instituto, a la gente porque perdíamos tiempo de clase.
Y los seminarios con Sonsoles midiendo el ruido por ciudad universitaria con el microfonito (anda que quien nos viera), o preguntando a la gente su peso, su estatura, etc. Recuerdo en el primer seminario cuando nos pesaron y midieron, todos más bajos y pesando más... algo fallaba ahí jajaja. O los seminarios en el aula de informática con excel, sobre varianza, media y demás de los grupos, y haciendo tablas de contingencia y diagramas con los resultados.
Tambiél el de bioquímica Feijoo nos dio un seminario aquí en el aula de ordenadores, sobre lo de los problemas de casos-controles, cohortes y demás. Teniendo en cuenta la pachorra que anteriormente he citado sobre el buen profesor, que el seminario se adelantó a la clase explicada y que por primera vez, el seminario no conllevaba trabajo, nos dedicamos a investigar el chat-muro de informática en la clase.

Después de una larga jornada recolectando miles de hojas de apuntes (sobretodo de productos sanitarios y fundamentos), nos pusimos a estudiar como cerdos, para intentar aprobar, ya que cinco asignaturas, cinco exámenes; bueno, o cuatro, si contamos que infórmatica lo había aprobado el 95% de clase y solo irían aquellos que quiseran subir nota. Total, cinco días a la semana, cinco exámenes, ahí, todos seguiditos de la mano, uno detrás de otro, a horas del mediodía sin 24 horas entre uno y otro, con toneladas de apuntes, y tan solo con un fin de semana de margen después de la última clase. Viva la organización del centro. Y viva nuestra organización por haber salido bien de este curso.

¿Qué nos deparará el próximo curso? Medio año de prácticas, medio año con farmacología, nutrición y demás. Hemos salido indemnes este año. Algunos con todo aprobado, otros con alguna que otra para el año que viene. Es que lo hacen porque quieren tanto a nuestros profesores que no quieren decirles adiós todavía porque los quieren mucho, y como les da vergüenza reconocerlo pues han decidido dejarse alguna para seguir en contacto con ellos.


Ha sido un año genial, donde todos hemos entablado amistad con nuestros ahora amigos y que no olvidaremos porque ha sido único e irrepetible.

sábado, 2 de julio de 2011

La verdad..

Es que creo que estoy en uno de mis mejores momentos. Pensaba que este verano sería una mierda seca, o una caca pinchada en un palo, como prefiráis. Pero no, así de espontáneas llegan las cosas, y con la mejor gente.

Las notas, el trabajo, las vacaciones, y vuelvo a destacar LA GENTE.
Creo que por fin soy llave que encaja en dos cerrojos. Tanto con mis amigos de aquí que son lo mejó, como mis locas amigas de la universidad.
Yo, señora pesimista y negativa donde las haya, estoy cambiando de parecer. Quizá es el buen rollito que hay ahora, quizá es el verano, o la amistad. Pero ahora, hoy por hoy, lo veo todo de colores, de cosas bonitas y cursis. Creo que soy feliz.

Al principio, al principio pensaba que no iba a ir bien, que me rechazarían, que me marginarían o que me ignorarían. No pasó.
Somos chicos divertidos, que hacemos de todo un poco, tanto lo que está visto por la comunidad como guay, y luego cosas frikis que nos hacen diferentes.
¿Y qué mas da lo que piensen los llamados todavía (a mí me jodería que me llamasen así, pero a ellos les encanta) los popus/populares? Ellos no saben divertirse, solo saben beber. Yo si fuera ellos me lo miraría. Pero nosotros también bebemos, claro que sí (aunque yo no lo haga), aunque tampoco es costumbre.

Hay muchas cosas que sabemos hacer, ante todo, hacer de algo pequeño algo grande. Con algo tan insignifcante como una carta o unas pipas, sabemos divertirnos. Siempre lo digo, las grandes cosas vienen en frascos muy pequeños.

No sé cuánto duraremos todos juntos, ni qué pasará. Pero hablo en el presente, y ahora todo va bien. Les quiero muchísimo aunque nunca lo manifieste. 
Aunque nunca lo leáis, GRACIAS. Sois únicos y auténticos.
Chapó por vosotros, hasta vuestras coñas me hacen gracia... incluso las he interiorizado jajaja

Una de las mejores cosas que me han pasado en esta vida... ha sido conoceros.

viernes, 24 de junio de 2011

FELICIDADES "JULIÁN CARAX"

A este gran amigo:
Quiero desearte mis más sinceras felicidades por tus X añazos... 
Sí, fue muy curiosa la forma en la que te conocí, sí, creo que no la voy a olvidar, pero es que eres así, muy hablador, muy extrovertido (aunque no siempre), y eso es lo que mola. Ir andando contigo y tenernos que parar cada 5 minutos, porque conoces a alguien y te paras a hablar :)
La verdad es que no me arrepiento de haberte conocido, ni a tí, ni a ninguno de esta gentecilla fantástica. Por ejemplo, ayer disfruté como una enana jugando al "fútbol"; o cuando fuimos al parque Europa y os pusisteis a hablar como marroquíes... indios, o yo que sé. O cuando te esperaba para ir a clases (cuando te llegue a conocer un poquito más), y llegaba tarde por tu culpa.
Por todos los comentarios de libros leídos y películas vistas. Me quedo con lo bueno. Con tus momentos de: tengo que hablar contigo, provocando nuestra preocupación, para que luego sea una chorradilla; y aunque la mayoría de veces lo son, molan.
Por tus cambios de estar loco y completamente volverte serio para hablar con alguien. O tu forma de hacer el tonto aquí con los amiguetes.

Por las tardes de bicis, de parque y de pipas. Espero que te gustara mi regalo: 10 centimos de la bolsa de pipas tijuana jajajajaja.

Sigue escribiendo y no pierdas nunca nunca de vista tus sueños. Quizá lo que quemamos ayer se cumple ¿no?




Contemplando un futuro tan amplio y luminoso como aquella avenida, y por un instante pensé que no había más fantasmas allí que los de la ausencia y la pérdida, y que aquella luz que me sonreía era de prestado y sólo valía mientras pudiera sostener con la mirada, segundo a segundo.  Carlos Ruiz Zafón.

viernes, 27 de mayo de 2011

Diagnóstico Autopercepción-autoconcepto: TEMOR

No entiendo nada.
Quizá son recuerdos del pasado... Pero tengo "miedo".
A diferencia de lo que muchos pueden pensar o no pensar, no es por los exámenes, y esto me asusta aún más. Debería tener miedo por los exámenes, debería "cagarme por la pata" al pensar que apenas he empezado y estoy perdiendo el tiempo con esto. Mucho temario, pocos días y exámenes seguidos. Sí. Pero es un reto y no me da miedo.

Se acerca el día 11 de junio. Fecha fatal, el día que nací, el día que cumplo años, un día al que le he cogido manía, un día que me asusta.
Pero, ¿por qué? De pequeña me encantaban, me hacían regalos, lo celebraba con la familia, con los amigos, me encantaba. Todo el año, junto con el 6 de enero, esperaba impaciente el día 11.
¿Ahora? Sinceramente no me hace gracia cumplir años, ser un año más vieja. Aunque no sé ni por qué pienso esto, pues no cumples un año en un día. El recorrido lo marcan 365 días y es por eso por lo que odio que se le de tanto protagonismo a algo que apenas tiene importancia.
Es por esto el hecho de que me irrite tanto que toda tu familia te llame ese día, te pregunten cosas novedosas sobre tí, qué te han regalado, y cuántos años cumples. Siempre la misma rutina, las mismas preguntas. Me aburre. Nadie me llama los restantes días... ¿por qué ese día sí? Vale, es cierto, que es un pretexto para que te llamen porque se acuerdan de ti y te quieren... ¡Como el día de todos los Santos! Día conmemorable de los muertos y difuntos, un día para recordar y visitar. Exactamente igual, solo que aquí tú estás viva.

Lo confuso y extraño de todo esto, es que (al igual que con las bodas) me encantan los cumpleaños de los demás. Me encanta liársela, hacer que sea un día especial para ellos. Dedico mucho tiempo a prepararlos, a estudiar los comportamientos y los gustos,  y me agrada hacerlo. 
Es una paradoja, lo que no me gusta que me hagan a mí, lo hago yo a los demás. ¿O tal vez no lo es?
No quiero que se sientan solos, no quiero que lo pasen mal, simplemente quiero que sea su día, un día donde todos pensemos por el bien de, que prioricemos sus gustos y quitemos los nuestros. Solo por un día uno es el rey con los súbditos que quiere tener. Así quiero que se sientan.

Pero yo no quiero sentirme así. Me da miedo. Mis amigos quieren hacerme algo. Y no les culpo porque yo empecé la guerra. Quiero dar tregua por unos días sólo debo estudiar y pasar el tiempo así.
Si les he dicho que no quiero nada, no quiero celebrarlo, no quiero nada de nada. Pero no lo entienden, o mejor dicho, no quieren entenderlo.

viernes, 6 de mayo de 2011

V certamen de relatos cortos. RENFE

Primer Premio:
Título : Desde la ventanilla
Elhombrequenuncahabíallorado montó en el tren de vuelta a casa. Nunca había llorado de alegría, de dolor, ni de emoción. Ni siquiera para reírse muy fuerte. No era motivo de orgullo.Ese día, en el tren, Elhombrequenuncahabíallorado vio una imagen bellísima. La nieve cubría llanura, montañas…; de cada árbol y arbusto colgaban lágrimas blancas. Elhombrequenuncahabíallorado sintió cómo se revolvían sus tripas y subía a sus ojos el agua.Justo cuando la primera gota se disponía a superar la barrera del párpado el tren llegó a su destino.Lástima que los trenes de hoy sean tan rápidos.

Segundo Premio:
Título : La corbata
No llevé de equipaje más que una hermosa corbata de seda que me regaló mi padre y una auténtica obsesión por doblegar al mundo. El infernal traqueteo de la destartalada cafetera en la que viajaba, era para mi osada juventud una simple y dulce canción de cuna. Al despertar, pronto advertí lo errado de mis cálculos en cuanto a la fortaleza del mundo. Vuelvo a casa cuarenta años después, acompañado por los ruidos de mi cuerpo maltrecho, en un elegante, veloz y silencioso tren que no me deja conciliar el sueño, acariciando la corbata que nunca estrené.

Tercer Premio:
Título : Trayecto erótico
En el túnel de tu boca sabor a cerezas. Entro en el traqueteo de la escritura mientras tu mano en brasas recorre los raíles de mi espalda. La tarde, madreselva desmelenada entre las piernas, deja atrás río y follaje. El polen de cristal y los dardos del enebro buscan recovecos de luz en la cintura. Palpitantes tus dedos, descerrajan los botones de nácar ahora que una voz anuncia la llegada.

Tres grandes relatos sin duda alguna. Cualquiera puede saber escribir bien, sólo tienes que reflejar en la escritura tus pensamientos, ordenarlos y añadirles algo de poesía. Es entonces cuando las palabras cobran vida y sentido.

miércoles, 20 de abril de 2011

Las cartas, mejor que el correo electrónico

Todavía guardo tus cartas, las considero mi mayor tesoro.
Recuerdo con nostalgia todos los momentos que vivimos juntas...
Al leer tus palabras, ver tus postales de vacaciones, tus dibujos de sirenas en los que tú y yo eramos las princesas del mar; es entonces cuando pienso cómo pudimos perder nuestra amistad. Hoy me doy cuenta de que realmente eramos verdaderas amigas. Y posiblemente la culpa fue mía: nos separaron, te fuiste a otro colegio, y tú me escribías y yo te contestaba; al principio quedábamos, pero lo fui dejando... y ahora hace tantos años que no nos vemos...

Me hace ilusión a la vez que gracia leer las cartas, no sé que te escribiría yo, pero tengo tus relatos, de cosas de niñas pequeñas de 12 años, ¡hay que ver como cambian las cosas! Cómo hemos crecido y construido nuestros pensamientos.

"(...)He aprobado todas, como siempre, me alegro el saber que tú también has aprobado. En mi cole es más difícil, pero estoy muy bien, me he integrado muy bien allí. Aunque es muy difícil hacer amigas, te las tienes que ganar, además, todas tienen formado su grupito. Casi todas son "pijas" y aunque no te lo creas, creo que yo también me estoy volviendo como ellas (...)"

Un dibujo en el que pone: Mi sueño: y salen dos sirenas, ella y yo... y un sireno jaja
-Venga M vamos al colegio que llegamos tarde.

Entre otras cartas hay, creo que la última aparece un dibujo muy bien hecho, más maduro, donde aparecen dos chicas con un tatuaje y abrazadas... sí... ponía A.P.S. (es una cosa que critico bastante... ¿para siempre? eso nunca se sabe jajaja, no somos videntes, y en cuanto lo pones o lo dices, estás poniendo fin a todo.. ¿o no? Sí, me hace mucha gracia ver eso, pero ¡¡eramos pequeñas!!

"PD:  me alegro de que seas mi mejor amiga. Me han gustado tus dibujos ¿Puedes hacerme de la sirenita? Escríbeme pronto, por favor. Llámame algún día por fi."

viernes, 15 de abril de 2011

Para mí, el mejor fragmento del libro "La peste" de A.Camus

"Ha visto usted fusilar a un hombre alguna vez? No, seguramente, eso se hace en gerenal por invitación y el público tiene que ser antes elegido. El caso es que usted no ha pasado de las estampas de los libros. Una venda en los ojos, un poste y a lo lejos unos cuantos soldados. Pues bien, ¡no es eso! ¿Sabe usted que el pelotón se sitúa a un metro y medio del condenado? ¿Sabe usted que si diera un paso hacia adelante se daría con los fusiles en el pecho? ¿Sabe usted que a esta distancia los fusileros concentran su tiro en la región del corazón y que entre todos, con sus balas hacen un agujero donde se podría meter el puño? No, usted no lo sabe porque son detalles de los que no se habla. El sueño de los hombres es más sagrado que la vida para los apestados. No se debe impedir que duerman las buenas gentes. Sería de mal gusto: el buen gusto consiste en no insistir, todo el mundo lo sabe. Pero yo no he vuelto a dormir bien desde entonces. El mal gusto se me ha quedado en la boca y no he dejado de insistir, es decir, de pensar en ello.
(...)
Desde ese tiempo sé que yo ya no sirvo para el mundo y que a partir del momento en que renuncié a matar me condené a mí mismo a un exilio definitivo. Los otros serán los que harán la historia. Sé también que no puedo juzgar a esos otros. Hay una condición que me falta para ser un razonable asesino. Por supuesto, no es ninguna superioridad. Me avengo a ser lo que soy, he conseguido llegar a la modestia. Sé únicamente que hay en este mundo plagas y víctimas y que hay que negarse tanto como le sea a uno posible a estar con las plagas. Esto puede que le parezca un poco simple y yo no sé si es simple verdaderamente, pero sé que es cierto. He oído tantos razonamientos que han estado a punto de hacerme perder la cabeza y que se la han hecho perder a tantos otros, para obligarle a uno a consentir en el asesinato, que he llegado a comprender que todas las desgracias de los hombres provienen de no hablar claro. Entonces he tomado el partido de hablar y obrar claramente, para ponerme en buen camino. Así que afirmo que hay plagas y víctimas, y nada más. Si diciendo esto me convierto yo también en plaga, por lo menos será contra mi voluntad. Trato de ser un asesino inocente. Ya ve usted que no es una gran ambición."

Albert Camus La peste

lunes, 11 de abril de 2011

Dar todo lo que puedes

Quizá es el dicho, ser de buena tonta; pero no lo puedo evitar. Nunca me rindo, aunque pierda el primer asalto, aunque todo salga mal durante una cantidad de tiempo, e incluso cuando no tengo apoyo: sigo adelante. 
La verdad es que no me ha ido nada mal. Al final casi siempre he conseguido aquello que me proponía.
Que suspendo el primer examen de matemáticas, al siguiente lo apruebo con nota.
Que pasan de mi idea por considerarla estúpida, la propongo a otras gentes que lo valoren.
Ante todos los problemas, hay alguna solución o infinitas. En ese sentido soy optimista.

Pero últimamente me doy cuenta de varias cosas. O mis planes son una mierda detestable, o la gente a la que se lo cuento, no le dan importancia, ni a mis ideas ni a mí.
Empiezo a estar cansada ante tanta negativa, tal vez el problema lo tenga yo. Así que siempre concluyo con un...: si nadie me ha pedido nada, será mejor que no vuelva a planear nada, seguiremos con la rutina y ya está. Se acabó. Los dejaré para quienes merezcan la pena.
Pero al cabo del tiempo vuelvo a lo mismo. ¿Qué pasa si se me ocurren tantas ideas y planes qué hacer? Tengo que darles vida o dejaré de soñar para siempre, porque mi imaginación se pondrá en huelga.

Pero esto hace plantearme varias cosas. Yo siempre salgo corriendo, que digo corriendo, volando, cuando me piden algo. Por ejemplo, me fui de fiesta un viernes porque me lo pidieron por favor, y yo accedí encantada, aun sabiendo que al dia siguiente tenía que levantarme muy temprano por alguna competición o por tener que irme con mis padres. Además de volver una hora o dos antes yo sola desde Madrid, para poder dormir al menos 3 horas.
Y lo he hecho encantada, aun sabiendo que era una paliza, que acabaría reventada. Pero pienso que por los amigos hay que hacer esto, cuando te lo piden por favor, porque sabes que si no vas, no los verás en mucho tiempo. Sí, tampoco es el fin del mundo, es un plan guay ¿no? salir de fiesta y eso. Pero... luego no veo la misma respuesta hacia mí.

Siento que lucho por todos, que hago cosas que me perjudican para favorecer (Aunque no siempre es así, a veces benefician). Siento que intento hacer de todo, cuando me piden algo, y veo que están en mi mano lo hago, los ayudo, los escucho... Pero siento, y quizá es un error mio de percepción, pero creo que no soy correspondida. Se que si la gente tuviera que hacer por mí lo que yo he hecho por ellos, sé, que me quedaría FOREVER ALONE.
Está claro que no he luchado por todos, y que no todos por igual. Tampoco lo hago para obtener un beneficio de ello. Lo hago porque quiero, porque lo siento así. Si tengo algo, es el valor de la justicia, y el nada de rencor.
Lo único es que cuando necesito el apoyo de alguien, aunque sea para un simple plan, veo que todo está perdido. Nada de apoyos.
Una cosa tengo clara, no voy a obligar a nadie.Quiero que al igual que yo, las cosas se hagan de corazón, y no porque insista o sea pesada.

Y otra vez, vuelta a empezar. De nuevo resignación. A los pocos dias otra idea. Otro plan. Otra exposición con nuevas alegrías y esperanza de que todo cambie.
Se que no puedo cambiar el mundo. No puedo cambiar la forma de ser de la gente. Pero nunca me rindo, siempre lo intento. Y siempre salgo escaldada por alguna parte. Nunca aprendo. Pero nunca me rendiré, aunque sea sola.

jueves, 17 de marzo de 2011

Ni tan especial, ni tan única.

Se podrán contar con los dedos de una sola mano los internautas que lean estas palabras. Porque en realidad las cosas son muy diferentes.
Te ves rodeada en un mundo donde la popularidad es la sombra que te sigue en cada paso, pero sólo cuando hace sol. Los días nublados te abandonan a tu suerte, y es entonces cuado todo se desvanece.
Sólo aquellos que sepan entender lo que el alma quiere expresar... me entenderán es estas palabras.
La escritura, desvelar tus sentimientos hablando en metáforas, la emoción de leer áquello que interesa a las personas, pienso, no pueden compararse a nada. Dicen los sabios que la mejor forma de expresarte es a traves de papel y lápiz, y ¡qué verdad!

De eso va a tratar este blog, cada vez que necesite desahogarme, contar algo inquietante para mí, lo publicaré aquí. Al menos tendré este pequeño recuerdo en mi futuro.

Porque sigo siendo la misma. A pesar de tanta fiesta universitaria, de tantas salidas, de tanto andar por aquí, por allí, sigo siendo la misma niña a la que le gustan los detalles, la que valora las cosas pequeñas, la que valora a su familia y a sus amigos.
Bajo la fachada de frialdad, se esconde todo el conjunto de valores, sentimientos y racionalidad. Porque se más de lo que aparento, y sé que no es modesto decirlo, ni me honra. Pero por un lado grande pienso que es bueno parecer una niña tonta y fría. Porque la gente piensa que no sabes nada, te trata como tal; y tú, que lo sabes, puedes actuar como se te antoje, porque nadie va a saber que tú lo sabes. De esta forma puedes investigar y sospechar sobre muchos aspectos y nadie sospechará de tí. Además parece ser que eso a la gente le inspira confianza.

Aunque hay veces que eso cansa, porque la gente, repito, te trata como tal, como que no sabes nada de nadie ni sobre nada, y tú que en el fondo lo sabes, sientes ganas de gritar y decir: mira majo, lo sé.

No quiere decir que sea una mala persona que se dedica a hacer mal a las personas, porque en realidad, soy un cacho de pan (y esto creará burlas) pero es la verdad.
Mis amigos piensan que soy una persona original, creativa, rara en el sentido de lo novedoso, no en el sentido friki (con todo mi respeto hacia ellos, porque todos tenemos algo de friki) , sino en el sentido de no pensar como los demás (dentro de unos límites racionales y justos), de romper con las reglas y crear planes para los fines de semana. En ese sentido me tienen demasiado idealizada, no soy tan especial ni tan única. Soy como los demás, mis pensamientos sólo son aquellos que vuelan alto, un poco extravagantes, pero no únicos, sólo un poco diferentes.

La gente piensa que he cambiado, que me he pasado al mundo de lo material, de lo superficial. Y no, todo lo contrario, lo critico. ¿Y sabeis qué? Lo prefiero así, que piensen que he cambiado.


Esta es mi primera entrada, muy rara, pero si alguna vez seguís mis escritos, poco a poco os acostumbrareis a la magia de lo desordenado en lo ordenado.
Porque este es mi primer blog, y no será el único. Este sin duda será el peor, el más desordenado... ¿acaso los pensamientos lo están? ¿SÍ? Entonces no es arte.