miércoles, 13 de abril de 2016

Sobrecogedor

Os aseguro que una de las cosas que más me emocionan de trabajar en el hospital no es que a alguien le diagnostiquen cáncer, o que descubran una enfermedad neurodegenerativa en un paciente joven, o que las peores situaciones clínicas se den en las personas más desfavorecidas o con peores situaciones laborales y familiares...
Os aseguro que eso afecta, me da rabia; pero lo que verdaderamente me llega al corazón es ver a las personas ancianas acompañar a su pareja hasta el final de sus vidas. 
¡Qué bonito tiene que ser enamorarse de una persona y aguantar con ella sean cuales sean las desgracias, en lo bueno y en lo malo! De verdad, que me da mucha ternura. 
Como las acompañan a las pruebas y esperan fuera intranquilos y nerviosos, despidiéndose temporalmente con un; "te esperaré aquí"...  Quizá no saben el diagnóstico, quizá no tienen todos los conocimientos sanitarios, pero solo basta a veces con coger de la mano a quien quieres y aguantar la tempestad unidos; para poder disfrutar juntos de los rayos de sol que irradian desde las nubes. 


*Se que no es la mejor entrada, pero necesitaba decirlo. Soy muy fan de las personas mayores

miércoles, 21 de octubre de 2015

Cumpliendo sueños

Esta vez no voy a hablar de nada malo, ni voy a criticar a nadie ni a nada. Esta vez solo voy a mostrar una parte muy repelente de mí, que es la niña asquerosamente feliz que soy ahora.

Porque sí, lectores que quizá nunca me leáis: puedo decir esta vez que TODO está bien. Que todo está en su sitio y que el TIEMPO PONE A CADA UNO EN SU LUGAR. Eh, ¡¡y ha costado mucho!!
Pero, tengo una familia que he conseguido apreciar al 100%, aún con nuestros rifirrafes estúpidos y sin trascedencia ¿qué familia nos los tiene con una hija tan rebelde como yo? jajajaja
Pero, lo dicho: una familia única, especial y diferente a las demás; muy de pueblo y muy buena gente (y no porque lo diga yo); una familia que no cambiaría por nada y a la que agradezco todo lo que soy hoy y en lo que me he convertido.

Tengo los mejores amigos del mundo. Aunque van de pasotas, me han demostrado que son los mejores, y no me cansaré de decirlo. Están ahí, siempre, en las buenas y en las malas. Me dice la gente que soy una cansina, pero es que es así, es de verdad. Y son la mejor familia elegida que tengo, sin menospreciar a mi familia de sangre a la que repito quiero un montón.

Tengo unas amigas de la universidad envidiables. Somos unas expertas en el drama y en cantar. Y tengo el convencimiento de que me van a durar mucho, porque me lo han demostrado y porque a pesar de haber acabado la carrera hace ya un poquito de tiempo, seguimos como siempre O MEJOR.
Una pena que cada una viva en una parte, pero siempre estamos juntas, aún en la distancia.

Pero es que... no solo eso. Estoy en la época en la que me he subido al tren de cumplir sueños. 
Por fin tengo un trabajo estable, en un sitio que quería, cerca de casa y con hemoglobines por doquier (muajaja). Por fin, me he apuntado a atletismo, mi deporte favorito desde niña y que me encanta. (Aunque los primeros días con agujetas era digna de parecer un muñeco playmobil).
Por fin, hasta sentimentalmente hablando me encuentro en un sitio en el que me gusta estar y que hace años deseaba.
Por fin, soy especialista en emergencias.
Y por fin, y no menos importante porque es uno de mis SUPER SUEÑOS, he hecho el CAMINO DE SANTIAGO. Experiencia que recomiendo a todo el mundo, y sobre la cual espero hacer una entrada muy pronto. 



Porque sí, porque parezco Obama con tanta agenda, pero también voy a mencionar a mis amigas del isntituto, con las cuales estoy volviendo a tener una muy buena relación como antaño.
A mis amigas de natación, unas locas que me encantan y que juntas tenemos los cotilleos de todo el pueblo a nuestro alcance.
A mis amigos del experto de emergencias, porque son unos frikis muy salaos. Pero más frikis son mis amigos de la emergencia, con los cuales me entero de todas las desgracias que pasan en Madrid, son así y hay que quererles jajaja.
A mis compañeros de deporte y de trabajo.... y no sé si se me olvida alguien, pero da igual.

¡Os dedico esta entrada a todos!
Ya lo advertí, estoy asquerosamente y repelentemente feliz.

lunes, 29 de junio de 2015

Un poquito más sobre mi

Conocida como "De Winter" con rendimiento típico de niña asiática... bla bla bla. Siempre me defino igual, y aunque no es incierto queda incompleto pues soy un poco más:
- Soy la infantil niña pelirrosa de Lazy Town, aquella que promueve el deporte y a la que le encanta bailar y cantar.
- Soy la sabelotodo de Hermione Granger, que lejos de saberlo todo (pues no sé nada); me esfuerzo por ser mejor y estar al día, aunque para ello necesite yo también un giratiempos. Me lo gané por mi abundante e incluso cansina participación en todas las clases a las que asisto como alumna, visitante o lo que sea. Me lo gané porque dije que prefería suspender a sacar un cutre 5.
- Soy la controladora de Rachel Berry, esa a la que le gusta tenerlo todo bajo control y planificado. La que persigue sueños y se propone nuevas metas, motivando a los demás a que lo hagan con ella. Pero sobre todo soy Rachel Berry porque visto igual de hortera que ella.
- Soy Katniss Everdeen, porque a pesar de ser un poco fría a veces, soy de las de "la procesión va por dentro". Porque la familia y los amigos son lo más valioso que tengo y si se tiene que luchar por ellos y con ellos, se hace. Cueste lo que cueste.

Soy un montón de personajes absurdos y patéticos, pero así soy: absurda y patética como la que más... y lo cierto es que eso me encanta.


jueves, 7 de mayo de 2015

Rectificar es de sabios

No voy a borrar la entrada de ayer, porque hacerlo sería como traicionarme a mí misma y a los sentimientos que afloraban sin cesar...

Pero particularmente, lo bonito de la vida es que ésta te da muchísimas sorpresas (muchas de ellas tristes y malas) y da muchas vueltas... y resulta que se producen acontecimientos que te hacen poner los pies en la tierra y valorar todo aquello que tienes.
Porque quizá no soy la mejor en nada, quizá no estoy en la lista número 1 cuando hay problemas, quizá no soy suficientemente buena ni lista... PERO SIGO EN PIE. Sigo regalando sonrisas (y quebraderos de cabeza), sigo ofreciendo mi ayuda y mi mano... y si algo me sale mal PUEDO CONTARLO.

Porque al final... la vida son dos días. Es corta. Es efímera. Y centrarse solo en tonterías de niña chica, tonta y caprichosa, es absurdo. 
No me voy a rendir... porque lo importante es vivir. No hace falta ser el mejor en todo, no importa cuantas veces caigas si puedes seguir levantándote cada mañana y ver un nuevo amanecer.

No, no quiero ser la mejor. No quiero ser tan egocéntrica... ¿Sabéis lo que quiero? Derrochar AMOR en cada minuto que pase con la gente. Porque al final, nuestro destino va a ser el mismo... y yo, yo prefiero hacer sentir a la gente bien.
Quizá por cosas como las de hoy me encanta mi profesión, quizá simplemente por eso... me gusta mi especialidad. Aunque la vida sea muy injusta, aunque a veces nos rindamos y aunque a veces nos pongan a prueba. SIEMPRE QUE PODAMOS DEBEMOS SEGUIR INTENTÁNDOLO.


miércoles, 6 de mayo de 2015

SUFICIENTE

Ser buena, pero no lo suficientemente buena para destacar. 
Ser competente, pero no lo suficiente para el puesto.
Destacar en clase, pero no lo suficiente para ser extraordinaria.
Ser amiga, hermana, hija... pero no lo suficiente.

Y así es como me siento hoy. Cargada de pensamientos filosóficos sobre mi yo, mi ello y mi super-yo. (Al final voy a acabar como el Quijote, loca de atar os lo aseguro). Pero hoy es así, a pesar de considerarme buena e incluso inteligente, nunca soy lo suficientemente lista o buena ante las adversidades que la vida pone constantemente en mi camino.

Y realmente, no me pasa nada, no ha pasado nada... y quizá es eso lo que me pasa... que nunca me pasa nada. Que doy mucho y recibo poco... porque oigan: a veces a una le gusta sentirse querida. Ser suficiente, y no quedarme estancada en mi propia campana de Gauss. Yo creo que puedo aspirar a mucho más, o al menos, creo que me lo merezco.

jueves, 19 de marzo de 2015

El día del abuelo

Sería más habitual escribirlo cuando ya estuviera muerto, como homenaje a toda una vida de lucha e historia personal. De hecho, ahora mismo me pregunto porque estoy escribiendo esto... pero es que últimamente actúo por impulsos; y en este preciso momento también me pregunto por qué tengo que esperar a que fallezca si puedo hacerlo ahora mismo, con él vivo; a sabiendas que aunque lo esté probablemente no lea esto jamás.


No tengo guión ni planteamiento ni esquema que valga ahora mismo. No tenía planificado escribir esto y quizá queda muy desordenado y descolocado, no digno de un homenaje por muerte. Pero es que mi abuelo, a sus 96 años sigue vivo; y de momento no quiero hacerme a la idea de que quizá en un futuro publico por las redes sociales cuan grande era y cómo voy a echarlo de menos. No, porque puedo hacerlo AHORA.

Aquí entre mis apuntes de trauma medular, quiero escribir sobre mi abuelo paterno. A mi abuelo materno le quiero muchísimo y tengo un vínculo especial con él a pesar de la distancia y que nos vemos muy poco. Pero hoy no es de él de quien quiero escribir, sino que quiero escribir sobre la persona más longeva de mi gran familia.

A sus 96 años de edad, con 16 nietos y 7 bisnietos hasta la fecha y sin contar las parejas de éstos..., es una persona que ha cometido muchos errores desde mi punto de vista (también es muy fácil decirlo en el siglo XXI con los medios con los que vivimos... antes eran otros tiempos y otra época), por lo que quiero decir que no lo voy a tratar como un ente perfecto, irreal e ideal; pero que sin duda ha pasado por muchas cosas duras y difíciles que le han hecho ser un miembro de la familia al que admiro notablemente, y con el que sobre todo últimamente disfruto de su compañía y me río como nunca antes lo había hecho con él. Y quizá no he tenido con él de niña, la típica relación de abuelo-nieto, en el que éstos te dan regalos los domingos, o te llevan a jugar al parque, o te cuidan y hacen se segundos padres. No, yo no he tenido un abuelo así... pero no me importa, porque lo he vivido de otra forma.

Cada vez que está en mi casa me encanta escuchar sus chascarrillos, los mismos de siempre, los que repite cada vez más por la pequeña demencia que se ha instaurado en él con el paso de los años. Sus ¿hay apetí? ¿llueve, llueve?, si supieras que tiene el vaso no beberías, me voy a ca' García, me voy a niveeeeel, ¿dónde está el tuso?, ¡pero que chiquitina!, cómo no te eches chinas en los bolsillos te va a llevar el viento, pásame el jodio cacharro ese, pa qué pa qué (refiriéndose a los teléfonos móviles, tablets y ordenadores portátiles), ¡qué hermoso... a ver pá que quiere los pelos en la cara!

En realidad, soy fan de mi abuelo. Por como vive la vida, a veces alejado de su casa, de su pueblo; trotando de casa en casa a pesar de controlar esfínteres, comer solo, moverse de manera independiente y estar del coco de maravilla (sin contar la demencia a nivel de memoria a causa de la edad) pero es que ya no está para estar solo; por vivir la vida con ese entusiasmo que desde luego me ha contagiado. Ha pasado por varios Ictus, por varios problemas de salud, por la guerra y por la pérdida de muchos seres queridos, y a pesar de ello siempre tiene ganas de luchar; se aferra a la vida con ímpetu envidioso. Y yo creo que esa es la clave de su juventud... que él quiere vivir más de 100 años y así lo manifiesta. 
Y yo estaré encantada de seguir compartiendo con él sus cosas, su alegría, sus ganas de vivir... y su grata compañía. 

Así que por qué no, ¡feliz día del padre x2 -> feliz día abuelo!

lunes, 9 de marzo de 2015

Un año

Ha pasado un año desde que todo en mi vida cambió.

Fue un día muy especial al que le siguieron días maravillosos donde me sentí plena y feliz.
La Miriam de hoy no es la misma que la de entonces, aunque la esencia sigue; pero todo aquello que he aprendido en este año me ha hecho creer más en mi misma, a valorarme, respetarme y apreciarme.
Fue muy especial y pensé que había tantas mariposas que en cualquier momento podría echar a volar.
Todavía lo recuerdo como si fuera ayer, con una sonrisa en la cara. Esa sonrisa de tonta que a veces se nos queda en la cara y que desentona con las caras de aquellos que viven una vida de rutina y estrés.

Y es que... al fin y al cabo, todo depende de la perspectiva con que mires los acontecimientos. Y yo... nací para amar las pequeñas cosas, los detalles y las sorpresas del día a día.